Desempleo, el gran reto de la adaptación inmigrante

Desirée Rodríguez Leal | Colaborador AIDE JOVEN (Madrid) | 24 de octubre 2022

En la actualidad, más de 281 millones de personas en el mundo viven fuera de su país de origen. Si nos centramos en el continente europeo, son 2,7 millones los migrantes que se desplazaron a Europa desde países no pertenecientes a la UE y 23 millones las personas que, viviendo en Europa, no son de la UE. Si nos centramos en los datos de España, sumamos cinco millones y medio de seres humanos de otras latitudes.

Viendo estos datos queda claro que la realidad que se vive a día de hoy en España respecto a la población migrante no es “algo nuevo” sino que hablamos de una constante que se lleva repitiendo y aumentando exponencialmente desde hace años. Sin embargo, lejos de normalizar las corrientes migratorias, de las que España y su población también ha sido protagonista en otros momentos de la historia, los inmigrantes que acuden a nuestro país siguen encontrando en él grandes dificultades de adaptación.

El más notable, sin duda, es el desempleo entre la población inmigrante que se mantiene por encima del 25% en nuestro país, situándose en torno al 18 por ciento en la capital.

Sin trabajo no hay sustento ni esperanza posible para un colectivo ya de por sí vulnerable pero tampoco lo hay para una población, la española, cada vez más envejecida.

Los inmigrantes serán la clave para garantizar las prestaciones, cuyo gasto supondrá dentro de 30 años el 14,2% del PIB como resultado de una población española cada vez más desequilibrada. Así, el número de ocupados extranjeros ha aumentado en 20 años en 1,4 millones, pasando de un millón en 2002 a los 2,4 millones actuales, según el INE, lo que supone de media 70.000 cada año.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer y es que, en España, los ingresos anuales de los hombres nacionales son más del doble que los de las mujeres inmigrantes de África. Como afirma Jordi Pàmies, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, para El País: “si cuando van a buscar trabajo por tener rasgos marroquís o por tener el apellido que se tiene, no hay las mismas posibilidades a un trabajo o vivienda, estamos dando un mensaje claro de no pertenencia y repercusiones claras de las situaciones de integración”.

El problema con la vulnerabilidad estructural de la población extranjera es elástica, multiforme y, aunque se manifiesta en distintas proporciones según el país de procedencia, es una cuestión de especial relevancia cuando hablamos de población migrante.

Si nos centramos en el emprendimiento, muchas veces la única salida de este colectivo, los inmigrantes son el 11% del total de los autónomos de España, y a pesar de las dos crisis económicas en 14 años, es una cifra que no ha dejado de crecer, sin embargo, la melanina en la piel, la etnia, el género o la cualificación siguen siendo un freno para su inserción laboral en una empresa.

En el ámbito privado, el 75% de los inmigrantes sigue desempeñando ocupaciones en servicios elementales, con una movilidad o evolución reducida. La gran mayoría permanece en las mismas ocupaciones toda su vida.

Si quieres conocer más acerca de este tema, no te pierdas el documental Voces en movimiento, de la Fundación Friedrich Naumann por la Libertad, cuyo principal objetivo es hacer una llamada de atención contra el racismo en la sociedad y apostar por un futuro de igualdad.

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